Ahora que acaba de cumplirse el primer aniversario de la publicación de mi segundo libro, “La lluvia sobre la seda”, me gustaría dedicar el blog de hoy a contaros cómo era la vida en la Palestina en la época de Jesús. Unos ligeros apuntes que os introducirán en la ambientación de mi novela.
Jerusalén en tiempos de Jesús
Jerusalén
La ciudad se dividía en aquella época en dos grandes bloques separados por el valle del Tyropeón: la zona alta, al oeste, y la zona baja. En ambos lugares se montaban bazares y puestos de venta de los artesanos. Ambas estaban cruzadas por sendas calles principales adornadas con columnatas. Estas a su vez desembocaban en otra más ancha conocida como calle de la Piscina, llamada así porque acababa en la famosa piscina de Siloé, o del enviado, en el extremo sur de la ciudad.
Entre estas calles comerciales se entrecruzaban innumerables callejuelas que conformaban un verdadero laberinto. En ellas, casi todas sin empedrar y entre desagradables olores de orines que se tiraban alegremente, se hacinaban cientos de viviendas.
La ciudad santa estaba amurallada, como muchas otras en aquella época, y tenía un aspecto alargado. Para cruzar la muralla existían portones que la atravesaban: al norte, la puerta de las Ovejas que comunicaba con el patio de los Gentiles, donde se comerciaba con el ganado y los cambistas montaban sus puestos; la puerta de los Peces, donde se colocaban los mercaderes fenicios con sus pescados; la puerta de los Jardines, que llevaba a los huertos de la ciudad nueva; y la puerta Vieja.
La parte oeste tenía dos accesos: la puerta de Efraín, cercana al Gólgota, y la puerta de Lydda. La zona sur tenía tres puertas: la de la Basura, la de los Esenios y la de la Fuente, que llevaba a En-Roguel, donde existía un manantial. Y la del este cuatro: la de las Aguas, la de los Caballos, la Oriental y la de los Jueces.
El Templo
Para acceder al templo había puertas en todos los muros. Las más famosas fueron las puertas de Hulda al sur. Junto a esta entrada se encontraban los baños públicos que los peregrinos utilizaban para purificarse.
Los oficios
La agricultura era básica en la vida de Palestina. Los agricultores dependían en gran medida de sus propias cosechas para alimentarse, por lo que sus ingresos raramente eran suficientes para subsistir. Y si las cosechas se perdían, eso les ponía en verdaderos apuros. Cuando esto ocurría solían trabajar como jornaleros. Y en el peor de los casos, se veían obligados a trabajar como esclavos. Estos no eran tratados tan mal como los esclavos romanos: realmente eran siervos contratados. Pero para los esclavos gentiles la situación era diferente: no eran tan bien tratados por sus amos judíos como los hebreos. Los trabajos más habituales se encontraban en el cultivo de la vid, el olivo y las legumbres; alfareros, toneleros, vidrieros, pescadores, pastores, constructores, molineros, curtidores, carniceros, lecheros o lavanderos completaban la amplia distribución de oficios de la época.
Las posadas
La hospitalidad en tiempos del Nuevo Testamento era considerada una obligación religiosa. Algunas veces el mesón tenía un mesonero. Su obligación era proporcionar las provisiones necesarias a los viajeros. También proporcionaba fuego y los medios necesarios para que hicieran su propia comida. Si el mesón se encontraba en un punto importante, incluso se mataban animales.
El gobierno
En los territorios pequeños conquistados por los ejércitos romanos, el emperador Augusto nombraba a un Prefecto o gobernador como su representante para dirigirlo todo. Desde los años 6 al 41 el Prefecto de Judea fue llamado Procurador. Este residía en Cesarea, pero en las fiestas acudía a Jerusalén y vivía en la ciudadela militar llamada Torre Antonia, edificada en el ángulo nordeste del Templo. Desde los años 6 al 41 el Procurador Romano nombró en ocho ocasiones al Sumo Sacerdote. Pilato fue el 5º Procurador romano desde el 26 al 35.
Caius Iulius Caesar Augustus (Roma, 23 de septiembre de 63 a. C. – Nola, 19 de agosto de 14 d. C.), en español Cayo Julio Cesar Augusto, conocido como César Augusto, gobernó entre 27 a. C. y 14 d. C. Por vía materna, era sobrino-nieto de Julio Cesar.